14 de septiembre de 2009

EL ENSAYO

Conceptos

Al hablar del ensayo surgen una variedad de corrientes que lo definen de acuerdo a su temática. Lo cierto es que todas ellas tienen un punto de encuentro, en cuanto a su riqueza literaria y versatilidad en función a las ideas que su autor aborda con profundidad.

En su trabajo Pautas para la escritura académica¸ Raúl Vallejo especifica que el ensayo:

Es un texto de 2.400 a 3.600 palabras (8 a 12 páginas), sin contar las palabras de bibliografía, en el que la persona sustenta un asunto teórico concreto que se ha derivado del desarrollo de un curso específico. Da respuesta a una pregunta específica, establece un diálogo entre diversas perspectivas y argumenta de modo sistemático la respuesta a esa pregunta.

Según el diccionarios de la Real Academia Española (2001) el ensayo “es un escrito en el cual, un autor desarrolla sus ideas”. Fernando Vásquez Rodríguez, propone al ensayo como “una mezcla entre el arte y la ciencia […] no es un comentario, sino una reflexión que parte de la reflexión de otros […] se mueve más en los juicios y en el poder de los argumentos; en el ensayo se deben sustentar las ideas”.

Apoyado en un vasto conocimiento teórico, el autor de un ensayo busca configurar sus ideas al rededor de argumentos sólidos que las sustenten. Estás aportaciones pueden provenir de otros autores que hayan abordado en cierta medida los temas que recoge el ensayista.

Juan Pablo Castañeda, en su trabajo Guía para la elaboración de ensayos¸ dice lo siguiente:

El ensayo se reduce a una serie de divagaciones, la mayoría de las veces de aspecto crítico, en las cuales expresa sus reflexiones acerca de un tema determinado […] La palabra ensayo proviene del latín tardío exagium, es decir, el acto de pesar algo. Además, está relacionado con el “ensaye”, prueba o examen de calidad y bondad de los metales. Ensayar, es pesar, probar, reconocer y examinar […] El ensayo es un producto de largas meditaciones y reflexiones, lo esencial es su sentido de exploración, su audacia y originalidad, es efecto de la aventura del pensamiento.

La construcción de un ensayo escrito comprende, además, una rigurosa búsqueda de planteamientos que pongan a la luz las formulaciones de su autor. Es decir, que el texto contenido en el ensayo se convierte en una práctica investigativa breve que, sin la necesidad de plantearse hipótesis, busca solución a los misterios que encierra un tema. Es una mirada personal, cuyas opiniones dejan de ser simples al momento que se presentan argumentos basados en estudios o análisis elaborados con anterioridad por otros autores.

Características y estructura

Apoyado por lo dicho por Vallejo, un ensayo es un texto generalmente corto (en comparación con una investigación o estudio más riguroso). Su extensión, así como su profundidad, depende de las necesidades que tenga su autor al momento de exponer sus pensamientos.

A continuación presentamos una lista de características recopiladas de los trabajos: Guía Técnica para elaborar un ensayo[1]; y, Guía para la elaboración de ensayos[2].

- Por lo general, se centra en un único objeto de estudio. Guarda unidad temática. No trata temas distintos o ajenos en el mismo texto.

- Presenta una unidad argumentativa. Ofrece un conjunto de “pruebas” que validan o defienden la posición del autor.

- Ofrece una propuesta específica de tratamiento o comprensión del objeto de estudio, propuesta que el ensayista debe argumentar o justificar.

- Su objetivo es, generalmente, conducir al lector hacia la reflexión de un asunto mediante su cuestionamiento, el aporte de datos o de argumentos que se abren a otras posibilidades de entender el asunto.

- El ensayo expresa:

a. Meditaciones propias del ensayista (en ilación congruente y apoyadas con argumentos consistentes)

b. Resultados de una investigación no exhaustiva (investigación de campo, documental, histórica, etcétera)

c. Inferencias de observaciones, de experiencias, de entrevistas

d. una combinación de dos o más de estos tipos.

Sin importar su temática o extensión, el ensayo está estructurado en tres partes:

a. Apertura o introducción: presentación del tema, justificación de su importancia, consideraciones por las cuales el ensayista aborda el tema, etc.

b. Desarrollo: características del tema, tratamiento que le dan diversos autores, datos que permiten entenderlo, problemas que presenta, desenvolvimiento histórico, conceptos que contribuyen a plantearlo más claramente o de maneras alternativas. Por supuesto, en esta fase se desarrolla el argumento del ensayo; en otras palabras, esta sección contiene, usualmente, el grupo de razones que justifican nuestra tesis principal. También es el lugar para desarrollar los argumentos secundarios (aquellos que apoyan a las razones controversiales o no obvias de nuestro argumento principal).

c. Cierre o conclusión: No significa necesariamente solución a problemas planteados; puede dar cuenta de la perspectiva que asume el ensayista ante lo establecido en la apertura o en el desarrollo.

A esta partición, Juan Pablo Castañeda agrega otras pautas válidas para tomar en cuenta a la hora de elaborar un ensayo escrito:

En general, la estructura del ensayo puede ser claramente definida por subtítulos para ensayos de unas 2,000 palabras en adelante. Para ensayos menores es preferible no colocar subtítulos y que los párrafos mismos definan las secciones. Un ensayo deberá contener como mínimo:

• Resumen de unas 100 palabras

• Introducción

• Temas estudiados, descripciones, técnicas, metodología, conceptos, etc.

• Resultados (o datos que sustentan cierta posición)

• Análisis y Discusión

• Conclusión

• Referencias

• Anexos

Los autores citados aclaran abiertamente que las características y demás técnicas aquí expuestas, son solo una sugerencia. Al final, es el ensayista quien decide qué normas o reglas aplicar para construir su texto. El único punto obligatorio en cualquier trabajo (sea, ensayo o tesis) es el referente a las citas bibliográficas.

Citas [3]

En todo trabajo, cualquiera que sea su género, es primordial saber aclarar las creaciones propias de las aportaciones externas. Raúl Vallejo hace énfasis en decir que “existen muchas maneras de citar fuentes”. Vallejo empieza por explicar que es necesario ir eliminando las citas al pie de página “en tanto referencias bibliográficas dejando las notas al pie únicamente como una ampliación o explicación de lo dicho en el texto para casos excepcionales”.

Cada vez que se cite a algún autor de manera literal, parafraseada o, simplemente, como referencia, se ha de indicar con toda precisión (incluida la página citada) lo que el ensayista refiere. Cuando se trata de citas literales se puede proceder de dos formas: 1) si la cita no es mayor a tres líneas, ésta se encierra entre comillas dentro del mismo párrafo. Ya lo dice Umberto Eco “cuando una citas no supera las dos o tres líneas se puede insertar dentro del párrafo entre comillas dobles”; y, 2) si la cita resulta mayo a tres líneas, es preciso redactarla en un párrafo aparte sin comillas y marcado con una amplia sangría que lo diferencie del resto. Ejemplo:

Cuando, al contrario, la cita es más larga, es mejor ponerla a un espacio y con mayor margen (si la tesis está escrita a tres espacios, entonces la cita puede ir a dos espacios). En este caso no son necesarias las comillas, pues tiene que quedar claro que todos los fragmentos con mayor margen y a un espacio son citas, y hay que tener cuidado de no usar el mismo sistema para nuestras observaciones o disquisiciones secundarias (que figurarán en nota)[4].

En cuanto a citas literales se refiere, el ensayista se puede encontrar con el caso de no necesitar todo el texto, sino únicamente varias ideas contenidas en él, para estas situaciones las citas se separan con tres puntos suspensivos ubicados dentro de corchetes, para continuar con otra idea del mismo párrafo se escribe de manera normal sin poner signo de puntuación después de los corchetes. Ejemplo:

…hay que transcribir las palabras tal y como son… no se puede eliminar parte del texto sin señalarlo: esta señal de elipsis se efectúa mediante la inserción de tres puntos suspensivos que corresponden a la parte omitida. […] Incluso los subrayados que no son del autor sino nuestros, tienen que ser señalados[5].

El método de la Modern Language Association, MLA[6]

En el estilo del MLA uno se refiere a las fuentes señalando la referencia entre paréntesis de tal manera que el lector sea remitido a la bibliografía al final del trabajo. La referencia entre paréntesis al final de la siguiente oración es un ejemplo típico del estilo del MLA:

Hay investigadores y académicos que sostienen que tanto Cervantes como Don Quijote son seres capturados entre el viejo y el nuevo mundo, entre el espíritu del Renacimiento y el de la Contrarreforma (Fuentes, 66).

La referencia “(Fuentes, 66)” le indica al lector que la información en la oración está tomada de la página 66 por un autor llamado Fuentes.

El método de la American Psychological Association, APA[7]

Este método sigue el mismo principio de citación que el señalado por la MLA. En lo que difiere es en los datos que el autor o la autora deben consignar en el paréntesis junto a la cita directa o paráfrasis. Comparemos el mismo ejemplo y este estilo de citación:

Hay investigadores y académicos que sostienen que tanto Cervantes como Don Quijote son seres capturados entre el viejo y el nuevo mundo, entre el espíritu del Renacimiento y el de la Contrarreforma (Fuentes, 1983: 66).

La referencia “(Fuentes, 1983: 66)” le indica al lector que la información en la oración está tomada de la página 66 de un libro publicado en 1983 por un autor llamado Fuentes.

En caso de que un autor tenga más de un libro o artículo en los trabajos citados, el paréntesis informará acerca del año de edición: “(Fuentes, 1985: 50)”.

LA BIBLIOGRAFÍA

Aparece siempre al final del trabajo. Debe contener los datos de las obras, artículos, investigaciones, estudios, entrevistas y demás documentos de donde el ensayista haya recogido información, sin importar la media en la que fueron utilizados.

La bibliografía constituye la prueba sustentable de las ideas del ensayista. También representa la validez y calidad que puede alcanzar un ensayo escrito, debido al reconocimiento de obras a las que hace referencia.

Los libros deben ser los primero en aparecer, seguidos de revistas, investigaciones, encuestas, entrevistas (audio o video) y por último páginas web. Todo en orden alfabético según el nombre del autor:

1. Nombre del autor, 2. Título de la obra y 3. Datos de edición, que deben incluir nombre de la editorial (o nombre de la revista o periódico, si es el caso), lugar de edición (imprescindible si se trata de un libro)[8] y año de publicación.

BIBLIOGRAFÍA

Eco, Umberto, Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de estudio, investigación y escritura. (Tr. L. Baranda y A. Clavería). Barcelona: ed. Gedisa, 1993. V. p. 193.

GUAJARDO GONZÁLEZ, Gonzalo; y, SERRANO FRANCO, Francisco Javier. Artículo para la Facultad de Filosofía de la Universidad de Querétaro, 2001.

VALLEJO, Raúl. Pautas para la escritura académica. Universidad Andina Simón Bolívar. Ecuador. 2002 – 2003. p.9

CASTAÑEDA S., Juan Pablo. Guía para la elaboración de ensayos. Universidad de San Carlos de Guatemala, Facultad de Ciencias Económicas, 2008. Artículo tomado de: http://docs.google.com/gview?a=v&q=cache:fUuPsar2eYAJ:www.infoiarna.org.gt/jpcastaneda/Economia%2520ecologica/Docs_general/Guia%2520para%2520ensayos_EcoEco_Feb2008.pdf+cómo+elaborar+un+ensayo+escrito&hl=es&gl=ec



[1]GUAJARDO GONZÁLEZ, Gonzalo; y, SERRANO FRANCO, Francisco Javier. Artículo para la Facultad de Filosofía de la Universidad de Querétaro, 2001.

[2] Artículo elaborado por Juan Pablo Castañeda S., catedrático de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Facultad de Ciencias Económicas, 2008. El texto se puede encontrar completo en:

http://docs.google.com/gview?a=v&q=cache:fUuPsar2eYAJ:www.infoiarna.org.gt/jpcastaneda/Economia%2520ecologica/Docs_general/Guia%2520para%2520ensayos_EcoEco_Feb2008.pdf+cómo+elaborar+un+ensayo+escrito&hl=es&gl=ec

[3] En esta parte, se presentarán los modos más frecuentes a la hora de citar. Esto a ningún momento quiere decir que lo expuesto sean las únicas formas válidas para citar fuentes.

[4] Eco, Umberto, Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de estudio, investigación y escritura. (Tr. L. Baranda y A. Clavería). Barcelona: ed. Gedisa, 1993. V. p. 193.

[5] Idem, p. 194

[6] Tomado de VALLEJO, Raúl. Pautas para la escritura académica. Universidad Andina Simón Bolívar. Ecuador. 2002 – 2003. p.9

[7] Idem, p. 9

[8] Según Guajardo y Serrano, “es un error común anotar el país de donde proviene la edición, sin embargo, este dato invariablemente debe designar a la ciudad donde se edita la obra citada”

No hay comentarios:

Publicar un comentario